Ingenuidad Divina.





Las promesas no se rompen, son muy importantes y no se hacen porque sí, tampoco se las hacen a cualquiera. De chiquita creía eso firmemente. Creía que las promesas solo se hacen en momentos importantes y a una persona importante.
Pero fui creciendo. Fui observando con el tiempo que las personas lo hacían porque sí, sin importarles lo que prometían y después las rompían, no les daban importancia. Fui creciendo y entendiendo que en lo que creía era tonto. Pero tonto para los demás porque creer en eso era algo ingenuo, según ellos.
Al conocer a tantas personas a lo largo de mi vida, me hicieron tantas promesas y todas las rompieron que algo se terminó rompiendo en mí. Eso que creía firmemente se fue rompiendo también, junto a mi, cada vez más. Hasta que empecé a romperlas también, y ahí fue, cuando de un momento a otro, después de tantas cosas rotas, dejé de ser yo misma. Y ahora estoy caminando en esta vida, tratando de encontrarme, a mí y a esa ingenuidad divina. Tratando de volver a creer en las promesas.

Kenny Quesada

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